De vez en cuando apetece brindar al paladar algo distinto, diferente y refrescante, y para ello la ensalada Waldorf podría ser una buena opción ¿te parece?
Aunque estamos en pleno invierno, con un Nueva York más frío que nunca, y lo que provoca son alimentos calientes -ya sabes, platos calientes para invierno y fríos para el verano- lo cierto es que luego de tantas comilonas de fin de año los resultados son más que evidentes ahora. Al menos de eso es lo que se queja la gran mayoría.
Con el ánimo de perder esas libritas de más, que al no saber decir no a tantas delicias nos conseguimos tan fácil, hacernos de una dieta ligera, como lo son las ensaladas, nos vendría a todos muy bien, y la ensalada Waldorf pinta de lo mejor. Si no es por peso o estética, que sea por salud, que al final es lo más importante, y en eso las ensaladas siempre están entre las opciones consentidas.
Anímate y prueba a ver qué tal con la receta, de pronto y te enamoras de la ensalada Waldorf tanto como sucede cuando visitas la ciudad de Nueva York, lugar donde surgió esta delicia.
Ingredientes
- Manzanas verdes o rojas
- Nueces
- Apio
- Lechuga
- Crema de leche
- Mayonesa o yogurt
- Vinagre
- Jugo de limón
- Sal al gusto
Preparación
Cortar las manzanas, bien puede ser en trocitos, rebanadas o en julianas. Remojarlas con el jugo del limón.
Cortar el apio en trocitos pequeños.
Incorporar a la crema de leche la sal y el vinagre.
Luego mezclar la crema a la mayonesa
Mezclar todos los ingredientes y refrigerar un rato antes de servir.
Nota: El jugo de limón es para evitar que las manzanas se obscurezcan luego de ser cortadas, por lo que no debes omitirlo, de lo contrario le restaría lucidez a la presentación de la ensalada.
Variantes al gusto
Con los años la ensalada ha tenido sus variantes que no son pocas. La receta original no se supone que contenga crema, ésta se utiliza con la intención de suavizar la mayonesa, y en opinión de muchos le confiere un sabor más agradable. Toca probar con y sin la crema, y decidir cuál nos viene mejor al paladar.
También hay quienes le agregan uvas moradas o verdes (o ambas) y/o pasitas para darle un toquecito algo dulce. En caso contrario, algunos optan por algo de queso para lograr algo más salado.
Otras variantes se observan en la presencia de trocitos de pollo, camarones o jamón.
Como podrás ver, al final todo queda un poco al gusto. La receta de la ensalada, en sí, ha sido alterada con el paso del tiempo, pero haciendo uso de los ingredientes básicos la esencia misma no se pierde.
Conoce algo de su historia
La historia de esta famosa ensalada se remonta a 1893 cuando por vez primera fue preparada en el famoso Hotel Waldorf, el mismo que posteriormente se convirtiera en Hotel Waldorf Astoria.
Se considera a Oscar Tschirky como su creador, aún cuando se discute realmente de dónde procede la receta. En este punto existe discrepancia.
Sin embargo, Oscar Tschirky defiende su autoría. En 1896 se publicó el libro The Cook Book by ‘Oscar of the Waldorf, donde figura el nombre de la famosa ensalada.
Cierto o no, se le agradece a Oscar Tschirky dar a conocer públicamente un plato que además de bello, elegante y delicioso, se pasa de nutritivo.
Indudablemente la ensalada Waldorf es mundialmente reconocida, tanto como lo es el famoso e histórico hotel neoyorquino que le confiere su nombre.
Cuidando las calorías
En lo personal pienso que si buscamos preparar algo muy sano, lo mejor sería decantarnos por el yogurt como reemplazo de la crema de leche y la mayonesa. Por lo demás vamos con todo, bien sea sólo vegetariana o en ocasiones algo de pollo, pavo, jamón o camarones. A mí se me antoja tratar con ¡todas!
Y a ti ¿cómo te gustaría? ¿Te animas a preparar la famosa ensalada neoyorquina?
Si te interesa leer más acerca del Hotel Waldorf Astoria, de Nueva York, aquí te dejo este enlace.
Hasta la próxima, y ¡buen provecho!