La ciudad de los rascacielos, haciendo honor a su reconocido apodo, estrena su reciente conquista: el muy esperado One Vanderbilt, el nuevo rascacielos de Nueva York.
Inaugurado el pasado 14 de septiembre, el One Vanderbilt viene a formar parte del skyline de la ciudad, un gigante más en medio de «la selva de asfalto».
Ubicado en el centro de Manhattan, ente las calles calle 42 y 43, entre Madison Avenue y Vanderbilt Avenue, al este de la ciudad. Está justo al lado de la histórica Gran Central Terminal y a sólo pasos del Chrysler Building, es decir, construido al lado de verdaderos iconos de Nueva York. Además, entre sus vecinos cercanos están la Biblioteca Pública y Bryant Park, donde puedes apreciar lo imponente de su estructura a lo lejos.
Desde Bryant Park puedes observar, como grandes vigilantes de la ciudad, al Empire State, lado sur, y al este el Chrysler asomando por encima de la Biblioteca Pública. Ahora, dominando el cielo neoyorquino, asoma el enorme One Vanderbilt. A su lado el Chrysler luce como un pequeño edificio, pero su belleza indiscutible sigue intacta y resplandece al lado de cualquiera.
La construcción del One Vanderbilt inició en 2016. Tiene 427 metros de altura, desde el piso, hasta la aguja. Es considerado el segundo rascacielos más alto destinado para uso de oficinas. El edificio, diseñado en estilo futurista, tiene 67 plantas y 42 ascensores.
Entre sus atractivos se encuentra el observatorio, The Summit, ubicado en los pisos 57 – 59. Este mirador estará disponible para el público el próximo año, aún no se ha anunciado la fecha. Este será el quinto mirador que tendrá Nueva York, y el primero ubicado en el lado este de la ciudad. Una oportunidad más para apreciar La Gran Manzana desde diferentes ángulos, como Central Park, el East River, Empire State Building, Chrysler, el Queensboro Bridge, Roosevelt Island (donde ya se anuncia un proyecto deslumbrante), y mucho más.
El lobby del edificio estará abierto al público, por lo que puede ser visitado por los turistas y residentes de Nueva York. Aunque en estos momentos, aún se aprecian señales de construcción, materiales, vallas divisorias y personal trabajando.
Para llevar a cabo esta obra, hubo que demoler otros edificios tan antiguos como su vecina, la histórica y muy admirada Grand Central Terminal, que esperamos nunca toquen.
Las alturas son muy codiciadas en Nueva York, y más en sectores super exclusivos. Ojalá que algunos edificios emblemáticos, como la hermosa Grand Central Terminal, no termine siendo el blanco de una futura construcción que la conduzca a su desaparición, lo cual sería una verdadera pena. No se escucha nada al respecto, y no creo que llegue a suceder. Esperemos que a Grand Central, La Biblioteca Pública y la Catedral de San Patricio, todas con una ubicación más que privilegiada, se les siga protegiendo como hasta ahora. Hablar de ellas es hablar de Nueva York, forman parte de su historia y desarrollo, y ningún rascacielos o proyecto inmobiliario compensaría su desaparición.
Por ahora, queda conocer este nuevo rascacielos, hermoso e inmenso, y admirar la ciudad desde su observatorio tan pronto esté abierto para el público, y eso será pronto.
Gracias por visitar Turismo NY, bienvenido (a) siempre 🙂