Las tradiciones navideñas de los hispanos en Nueva York -y la verdad, en cualquier parte del mundo- se mantienen intactas, tanto que muchos sienten que están en sus países, como en sus años de infancia.
No importa cuánta influencia externa recibamos, la forma de celebrar nuestras fiestas de fin de año se mantiene en pie.
¡Y qué bonito que así sea! Mantener nuestras costumbres y tradiciones garantiza en gran medida que nuestros hijos sean sus guardianes y futuros transmisores, de esa manera no hay forma de que se pierdan.
¿Y de cuáles tradiciones estamos hablando?
Éstas varían según el lugar, pues cada país tiene lo suyo. Sin embargo, las más tradicionales son las siguientes y casi todos coincidimos con ellas.
El Pesebre
Además de la decoración del arbolito, y las pequeñas luces adornando las viviendas, nunca falta como requisito primordial la confección del humilde nacimiento o pesebre.
El pesebre, como representación de la Natividad del Niño Dios, es detalle sobresaliente en las familias católicas. Aunque sea chiquito, pero éste no puede faltar.
Algunos pesebres son muy laboriosos y de gran tamaño. Recrear aquellos pasajes bíblicos que refieren el nacimiento de Jesús, con pequeñas figuras representándolos ¡es tan bonito! Instalar la cueva donde irá el Niño Dios, y luego iluminarlo todo, ese momento es casi mágico. Cuando se tiene niños pequeños la magia es doble.
Muchos aprovechan para colocar bajo la cunita una carta llena de agradecimientos y nuevas peticiones para el año entrante, confiados en que el nacimiento del Niño Dios les concederá sus más grandes deseos.
Las Posadas
Con el inicio de la novena al Niño Dios -que va del 16 al 24 de diciembre- los creyentes suelen asistir a misa cada noche. Al finalizar la misa salen todos, acompañados por sus niños vestidos de pastorcitos, y panderetas en mano, van por la calle cantando toda clase de villancicos propios de la fecha.
Alguna familia, que ha organizado una posada, espera entusiasmada la visita de los pastorcillos, y de la Virgen María y San José, representados en algunos de los niños. Al llegar recrean mediante canciones la historia del nacimiento del Niño Jesús. Al finalizar siempre hay burundangas para contentar a los chiquitines que tanto disfrutan de estos eventos.
Claro está que en los pueblos pequeños es donde más suelen celebrarse con ese fervor que le confiere un sabor único a todas estas celebraciones, a diferencia de las grandes ciudades.
Sin embargo, esto no impide que las tradiciones sigan en pie. Aquí, en Nueva York, son muchas las familias que organizan sus posadas. Amigos y familiares se reúnen para celebrar, se reza la novena y se cantan lindos villancicos. El espíritu navideño no puede sentirse de mejor manera.
Así como en las casas, el pesebre, lógicamente, está presente en todas las iglesias.
Las Comidas de Nochebuena
Según la nacionalidad que se tenga así mismo será la cena de Navidad. Lo más autóctono del lugar de origen es lo que prevalecerá sobre la mesa esa noche.
Lo interesante es cuando se comparte con amistades de diferentes países y entre todos se aporta algo de cada uno.
Además de festejar y compartir en la fiesta más linda del mundo, la cena de Nochebuena se convierte en una estupenda oportunidad para viajar a través de la gastronomía internacional, con toda esa diversidad de sabores, olores, colores y texturas. Un deleite al paladar, pues todos los platos suelen ser de lo más delicioso.
Detalles más, detalles menos, éstas son las tradiciones más comunes en nuestros países latinoamericanos.
Y en tu país ¿cómo celebran las fiestas navideñas?