Como ya es tradición, año tras año se celebra la gran fiesta de San Genaro en La Pequeña Italia (Little Italy) en Manhattan.
Esta festividad dura 11 días. Inició el 11 de septiembre y culmina, hoy, 21 de septiembre. La multitudinaria procesión fue el 19 de septiembre, día del santo patrono.
Durante esos 11 días de celebración, La Pequeña Italia se torna absolutamente mágica y fascinante. Se estima que más de un millón de personas participan del gran festejo, y a juzgar por el grado de dificultad que se tiene para movilizarse en sus estrechas calles, no hay razón para dudarlo, cuidado y la cifra es mayor. Durante todo el día, cada día, aquello parece una eterna procesión.
Esta fiesta cuenta siempre con la asistencia de distinguidas personalidades de la ciudad neoyorquina, como es el caso del alcalde, Bill de Blasio, quien hizo acto de presencia el día del santo patrono.
Historia de San Genaro
Han pasado ya 88 años desde la primera vez que se celebró esta gran fiesta, cuando la comunidad napolitana, establecida en La Pequeña Italia, decidió fomentar la devoción de su santo patrono en este sector de la ciudad, un pedacito de Italia en Nueva York.
Pero ¿Y quién fue San Genaro?
Genaro nació en Nápoles en el siglo III y murió en el año 305. Fue obispo de Benevento.
Durante la época del emperador romano Diocleciano, los cristianos fueron severamente perseguidos. Genaro fue una de las víctimas de aquella persecusión. En uno de sus recorridos, es detenido y encarcelado junto a otros creyentes. Fue presionado para que renunciara a sus creencias religiosas. Genaro se mantuvo firme en su fe. Ante su negativa y su firme postura en sus creencias, es introducido en un horno como castigo. Salió de allí ileso, como si nada hubiera pasado, su piel y sus ropas intactas. Luego, al siguiente día, fue llevado, junto a otros cristianos, al anfiteatro, para que fueran presas de las fieras. Ante la sorpresa de todos, las fieras no le atacan, por el contrario, se mantienen dóciles y mansas ante su presencia, echadas a sus pies sin representar peligro alguno para él. Luego de estos acontecimientos, insólitos para los perseguidores, deciden llevarlo junto a los demás cristianos perseguidos, a la plaza Vulcana, donde finalmente fueron decapitados.
El Milagro
El 19 de septiembre, día de su fiesta y aniversario de su muerte, ocurre un hecho que le confiere la gran fama que le acompaña. La Iglesia lo ha considerado un milagro. Se trata de un acontecimiento que tiene lugar en Nápoles, cada 19 de septiembre: La licuefacción de la sangre. Un fenómeno que se manifiesta hace más de 400 años.
Ese día se lleva a cabo en Nápoles una ceremonia solemne, y muy especial por demás decir. Un sacerdote expone en el altar, una ampolla con su sangre solidificada, frente a una urna que contiene la cabeza del santo. La sangre, que suele estar en estado sólido, y con un color casi negro, empieza a transformarse a medida que los fieles rezan, tornándose entonces en una substancia líquida y rojiza, a la vez que el volumen contenido en la ampolla aumenta. La Iglesia considera este fenómeno, poco común, como un milagro del santo. Otros casos se han dado, pero son muy escasos.
San Genaro es venerado por la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa.
Procesión religiosa
El 19 de septiembre se realiza la gran procesión del santo patrono, cuando los creyentes recorren las calles del pequeño barrio italiano, celebrando llenos de fervor religioso.
Por error se cree que el último sábado de la festividad es cuando se celebra esta actividad, pero no es así. Sin importar qué día de la semana caiga, lo cierto es que la procesión se celebra el día 19 de septiembre. Siempre es así. Esto te lo digo a manera de aclaración, pues no son pocos los que manejan mal esta información, lo que los lleva a perderse la oportunidad de participar de ella. Este año, incluida yo. Fue uno de los organizadores del evento, quien me aclaró ayer este dato.
Iglesia de La Preciosa Sangre de Cristo
De esta preciosidad de iglesia parte la procesión, recorriendo la calle Mulberry entre la Houston Street y Canal Street.
De esta iglesia poco se habla y no te sorprendas si te digo que muchos, viviendo aquí, no la conocen. Ahora, lo que sí te va a sorprender, si tienes la oportunidad de visitarla, es la iglesia misma. La Preciosa Sangre de Cristo ¡realmente es preciosa!
En otro artículo ya te contaré más detalles acerca de esta hermosura, lo que allí vas a encontrar, sus pequeñas capillitas adicionales para rezar. Y si amas la historia del padre Pío de Pieltrecina, sentirás algo indescriptible cuando veas, tras una urna de cristal, un guante del santo padre.
Feria en las calles
El ambiente que por estos días se vive en La Pequeña Italia es de entusiasmo puro. Las calles lucen bellamente adornadas con los colores nacionales de Italia. Durante la noche la magia es absoluta. Música por todos lados y un entusiasmo contagioso. Los italianos, propietarios de los diferentes locales comerciales, parecen competir unos con otros en un intento por acaparar la mayor clientela posible. Hablan en voz alta, cantan temas tradicionales de sus pueblos, ríen, hacen chistes, en fin, se siente un ambiente muy familiar en medio de tanta gente.
Restaurantes
Aunque hay todo tipo de ventas y propuestas, como juegos para los niños y un sin fin de souvenirs, lo cierto es que lo que más abunda son los restaurantes. Normalmente tienen almuerzos especiales y para estos días, aún más. Qué tal si te digo que entre $8.99 y $12.99 están los especiales, y que por tan poca cantidad te puedes sentar, al aire libre, a disfrutar de sus maravillas culinarias. Todo en medio de un ambiente tan festivo, en un lugar muy turístico de La Gran Manzana.
En un pequeño restaurante, mientras esperaba por mi orden, hablé con una persona del local acerca de la famosa película «El Padrino». No me dejó ni terminar, cuando me dijo que en ese mismo restaurante se filmó una escena, cortita, pero formó parte del exitoso film. Igualmente, en una vidriera exhiben fotos de Al Pacino y otros actores del elenco.
Y es que toda la calle Mulberry fue tocada para esa producción. La misma calle donde se llevaba el féretro de Vito Corleone, y que para estas fechas es invadida totalmente por los turistas.
Un gran cannoli para los presentes
Así es. Una gran mesa, frente a un escenario en medio de la calle, portaba un enorme cannoli. A la vista de todo el público, varios expertos en repostería mezclaban aquella crema blanca, tan deliciosa, para el relleno del famoso dulce italiano. Lo colocaban en las mangas especiales para decorar, enormes por demás decir, y luego iban rellenando el larguísimo cannoli colocado sobre aquella mesa. Más de cien libras pesaría este delicioso dulce que degustarían todos lo presentes al final.
Como puedes ver, septiembre es un mes estupendo para visitar La Pequeña Italia, en Nueva York. Pero si vienes en otra época del año, igualmente tendrás mucho para conocer. La puedes recorrer en poco tiempo, y luego conectar con otros sectores que seguro querrás visitar también.
Entonces ¿qué dices? ¿Te animas a venir?
Si ya la conoces, déjame saber tu impresión.