Los pronósticos de una peligrosa tormenta de nieve, que azotaría duramente el estado de Nueva York, no fueron como se anunció, afortunadamente.
La fuerte tormenta que caería sobre la ciudad neoyorquina se calculaba dejaría entre unas 12 y 18 pulgadas de nieve, pero al final no fue así. En Central Park fue sólo un poco más de seis pulgadas de nieve.
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, afirmó durante una rueda de prensa que la tormenta de nieve fue «menos destructora» de lo que se había anunciado a la población.
Por su parte, el meteorólogo, Gary Szatkousky, encargado del Servicio Nacional de Meteorología (New Jersey), ofreció su más profunda disculpa por lo sucedido, consciente de que todos esperábamos una información correcta y no fue así.
En este sentido, Cuomo adelantó que Nueva York tendrá próximamente un sistema meteorológico exclusivo para el estado. Según sus palabras, «será el más sofisticado del país».
Paulatinamente la ciudad vuelve a la normalidad. La solicitud, bien atendida de la población, de mantenerse en sus hogares y circular lo menos posible, permitió despejar las calles con mayor facilidad y prontitud. Continúan trabajando.
Si bien es cierto que a muchos les molesta esta clase de avisos fallidos, lo cierto es que siempre es mejor extremar las precauciones a tener que lamentar la falta de una buena advertencia e información, con desenlaces la más de las veces irreparables.