El otoño en Nueva York es una de las estaciones más esperadas y que más gusta, tanto a los residentes como a los turistas, y un lugar estupendo para admirar la belleza que trae consigo, sin duda, lo es Central Park. Y es que el otoño en Central Park es un absoluto espectáculo, ni más ni menos.
Apenas empieza el mes de octubre y ya asoma la danza de colores. Los árboles se lucen con esos tonos entre amarillo y rojizo, verde, ocre y naranja, un cóctel de colores que no deja indiferente a nadie. Ahora es cuando empieza el gran show, por todo lo alto, como bien lo sabe hacer la gran naturaleza, y en Central Park se desborda a más no poder.
Recorrer Central Park de norte a sur, este a oeste, caminar entre sus calles, senderos y colinas, atravesar sus puentes o pasear junto a sus lagos, descubrir todos sus rincones y vericuetos durante el otoño, (en especial, durante octubre y noviembre), es un regalo para tus ojos y tu espíritu.
Sus miles de árboles, entre los que se encuentra una gran variedad de pinos, olmos, cedros, robles, y muchos más, transforman por completo el paisaje que no puede ser más vistoso. La brisa fresca, a ratos fría, el cantar de los pajaritos, los sonidos del silencio y las ardillas curiosas que te acompañan por todo el parque, todo al mismo tiempo es fascinante. Para los amantes de la naturaleza y todos sus encantos, será un recuerdo memorable, una visita de esas que hay que hacer cuando se viaja a Nueva York para estas fechas.
Si algo malo tuviera que encontrarle a esta época del año, diría que es el poco tiempo que dura. Esa imagen luminosa, alegre y colorida, tan propia del otoño, pronto desaparece. Pero hasta en su momento de despedida nos ofrece su toque de gracia, y uno que a mí en lo personal me encanta, es cuando las hojas empiezan a caer como una pequeña llovizna. Y cuando se amontonan en el suelo y las aceras, caminar sobre esa espesa alfombra de hojas secas, escuchar ese crujir de hojas, es todo un placer.
La verdad que todo Central Park se luce durante el otoño, pero siempre hay lugares y rincones ideales, como el Bow Bridge, el puente más famoso del parque, cerca de la Fuente Bethesda, donde puedes apreciar la gran cantidad de árboles y parte de la magia que el otoño trae consigo.
Otro destino sería subir a lo alto del Belvedere Castle, que, además de conocer este hermoso lugar, también te permite una vista más amplia del parque, donde apreciar estos cambios de colores que tanto nos gustan.
Subiendo un poco, nos encontramos con el Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, el lago más grande de Central Park. Ese paisaje donde se mezcla el inmenso lago, los árboles y rascacielos al fondo, es precioso.
Y bueno, para este otoño será difícil viajar a Nueva York debido a la crisis sanitaria, pero los buenos tiempos siempre llegan y ya llegará ese momento para viajar a La Gran Manzana y conocer todo lo que tiene. Y si toca viajar en otoño, entonces tener presente dedicar, aunque sea un día, a Central Park, ¡te encantará!
Gracias por visitar Turismo NY, bienvenido (a) siempre 🙂